Texto de la poeta Ruperta Bautista

EL TERRITORIO MENTAL DE LOS MEXICANOS

La mayoría de las veces me atrapan sensaciones de que el mexicano permanece ahí, solo en su mente. Tal vez sea una fortuna o sea desafortunado el ir y venir inconsciente de lo cotidiano en este mundo apresurado. Mundo apresurado que el mismo hombre ha construido. Mundo en donde el mexicano tiene un fragmento de territorio.
Es en ese México con problemas de sobrepoblación que los mexicanos son los primeros en no aceptarse como residentes de ese “México profundo” que llama Bonfil Batalla. O son residentes que borran todo lo que venga del “México milenario”, incluyendo sus propias vivencias.
México es un país que a mi parecer ha tenido y tiene dos grandes complejos:

1.- Copian sus costumbres
2.- Baja autoestima.

Con el primero nos referimos a que México tiene la costumbre de calcar ideas, formas de vivir y reglamentos de otros países. El segundo es que México no se reconoce como un país en donde existen culturas milenarias que son también portadoras de conocimientos y saberes, incluyendo la literatura.
Muchos mexicanos voltean la mirada hacia otros países para ver que están haciendo y tratar de hacer lo mismo. El mexicano no se acepta con sus propio yo, intenta ser lo que no es. Es entonces cuando surge la gran diferencia poética entre México y otros países Latinoamericanos.
En México sólo se toman las influencias internacionales sin considerar las influencias internas. Esto lo conduce a un solo camino, el de no generar su propia propuesta innovadora, una propuesta poéticamente nueva, una propuesta que tenga su propia voz, su propia estética. Esto nos lleva a las sendas de la poesía inamovible de poetas mexicanos que importan las influencias de poetas extranjeros para escribir su poesía. Dándole un guantazo la capacidad de valorarse y darse el lugar como un poeta mexicano que puede influenciar a otros.
Me parece que cuando el poeta mexicano deje de forzarse a ser lo que no es, comenzará a crear la poesía mexicana enraizada en su propio canon, construir su propia vía, dejando a su paso, influencias en otros pensares de otros poetas no mexicanos.
Ruperta Bautista